Drenar el dolor me pone alas...
Una de las cosas que más me cuesta transmitir en Terapia es la importancia de cruzar el dolor, de drenarlo, de darle lugar, porque con ello el corazón lo hacemos más grande, no más pequeño, nos puede caber más vida en él... Quien cierra el corazón al dolor, lo cierra al amor, o lo que es lo mismo, si damos lugar al dolor se lo damos al amor, a la vida!! Si cerramos el corazón al dolor, elegimos no sentir y congelarlo, evidentemente lo cerramos y lo congelamos para todo, también lo cerramos para sentir la vida en su esplendor con sus regalos más hermosos...
¿Qué es cerrar el corazón al dolor? Para mí es no querer ver, es mirar para otro lado, es engañarme con mil estímulos externos para no sentir, no quedarme solo/a conmigo porque tengo miedo, no permitirme llorar y pasar un duelo, no dejarme en el sofás cuando no puedo con mi cuerpo, no escucharme, no respetarme, desconectarme... Hay muchos grados, pero traumas no drenados, no llorados... es algo como muy humano, parece que está en nuestro propósito de vida también como oportunidad para hacer el viaje hacia nosotros/as mismos/as.
Hay veces que para atreverse a meterse en la noche oscura del alma necesitamos ayuda, el/la terapeuta nos puede acompañar ahí con una lamparita a esos lugares oscuros donde sólo/a no me atrevo. No pasa nada por necesitar el acompañamiento de un/a profesional para ir a esos lugares... Yo misma si no hubiese sido por ese acompañamiento difícilmente me hubiese entregado y dejado caer en lo que más miedo me daba... Uno/a piensa que no va a poder salir de ahí, que no tiene fondo, que es la muerte, que va a morir... y sin embargo, es la resurrección, sólo transitándolo podemos pasar a otro lugar, transmutarlo, vaciarlo... es mucho más rápido de lo que nos imaginamos, y están ahí los regalos más maravillosos... Es realmente lo que nos pone alas, lo que nos hace soltar equipaje, realmente soltar pasado, conocer quién somos, encontrarnos con nosotros mismos/as, abrir el corazón a la VIDA y al AMOR...
Ánimo, por ahí va el camino... por ahí es por dónde podemos ir tirando del hilo...